ALGORTA (GETXO)
Un paseo: este barrio del municipio vizcaíno de Getxo tiene una entidad propia, incluso en sí mismo, ya que de la parte alta a la baja se percibe un ambiente muy peculiar. Darse una caminata puede ser, por lo escarpado del terreno en el Puerto Viejo, toda una aventura, pero vale la pena. En caso de que prefiramos un andar pausado, pues nos vamos por el paseo bordeando la playa. El carril bici nos sirve además para patinar.

Un restaurante: el viajero, que es asiduo, comienza a tener dudas a la hora de recomendar un restaurante, ya que en todos ha encontrado buena calidad -sobre todo de pescados, pero carne también-, de modo que el precio será el que determine la elección. En el el Puerto Zabala hay un pez rey excepcional, y más abajo, en el paseo, está el Itxas Bide, con un besugo y unos pimientos... Se puede también tomar pintxos en plena calle en los mismos bares.

Una visita: una vez más, las opciones que propone el viajero son dispares, ya que, para los más aventureros se trataría de subir al Molino de Aixerrota -molino de molino- y admirar las vistas marineras, y los menos andariegos podrían atravesar la ría en la barquilla del puente colgante, o incluso cruzarlo a pie. "No hay en el mundo puente colgante más elegante que el de Bilba", dice la coplilla. Y el viajero añadiría que ni el de Brookyn se le iguala. Faltaría más.

Un recuerdo: un detallito aparentemente sin importancia podría atesorar los recuerdos de nuestra estancia en Algorta. Muchos se llevarían camisetas, botellas o cajas de algo, pero el viajero se acuerda de alguna mañana soleada tomando caracolillos -bígaros- en el muelle de Ereaga.

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