BIARRITZ



Un paseo: estas ciudades costeras tienen la ventaja de tener amplias zonas donde pasear a placer. Si queremos salpimentar una caminata matinal con un incentivo, se recomienda subirse hasta el faro, previendo que podamos regresar para la hora de la comida.
Un restaurante: para reponerse del paseo el viajero sugiere una pausa gastronómica suave pero reconstituyente, como el Bistro Biarrot, un local sin sofisticación pero con agrado. Tiene un toque local con los chipirones que nos llega a seducir. Ah, y el precio es muy asequible.
 
Una visita: por la olvidada tradición pesquera, el puerto viejo merece que el viajero se acerque a ver en qué quedó el pasado ballenero de la zona. Convertido hoy en asociaciones de submarinismo y tabla, el barrio viejo será nuestra mejor visita.
 
Un recuerdo: ajeno a los deportes, el viajero se alejó de las olas y, de pronto se alivió en un bar de aficionados al rugby, y allí descubrió la pasión que esta pequeña localidad tiene por el balón oval.

Comentarios

  1. Me gusta tu blog de viajes. Precisamente estuve en Biarritz y Bayonne hace muy poco. Te dejo el enlace al post que colgué en mi blog.

    http://ginettegilart.blogspot.com.es/2014/06/santander-biarritz-bayonne.html

    Saludos.

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    1. Me alegro de que te guste. No es estrictamente un blog de viajes, aunque sí puede servir para una pequeña visita sin prisas.
      Un saludo
      JM

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