LISBOA
Un paseo: el tranvía número 28 nos llevará a dar una vuelta por las hermosas y empinadas calles de la ciudad. Habrá muchos turistas y nos confundirán con ellos, pero nosotros somos viajeros.
Un restaurante: aunque llegaron rumores de que había cerrado, todo indica que sigue abierto, así que no dejemos de ir a por los pescados de Adega do atum, en la Rua dos Bacalhoeiros 8, junto a la Casa dos Bicos.
Una visita: en el Pavilhão Chinês uno puede tomarse un café, pero también es una especie de museo de curiosodades. Si tenemos a mano una lupa podremos observar mejor algunas figurillas.
Un recuerdo: si nos sobra tiempo, podemos ir a por una cajita de pastéis de Belem. Generalmente las cajas no llegan intactas a casa.
Comentarios
Publicar un comentario