SAINT-JEAN DE LUZ
Un paseo: esta coqueta localidad de la Aquitania costera es ideal para pegarse horas y horas del puerto a la playa y del centro al muelle. El casco antiguo conserva, pese a alguna remodelación intrépida, un aire de puerto vasco muy creíble. Las tiendas de productos locales están dispuestas al gusto francés, lo que refuerza la ya buena calidad de la mercancía.

Un restaurante: la cocina local tiene influencias españolas y francesas que se mezclan para dar un conjunto muy apetecible. En Le Grand Gril Basque se puede comprobar esto, pero también el viajero probará sabores que no hallará más que en este rincón del Golfo. Pidamos lo que pidamos, para empezar ostras.

Una visita: el viajero, amigo de husmear en los mercados populares, encontró alrededor del edificio de Les Halles buenas viandas y un ambiente de fiesta que, para ser un día de diario, le alegró la mañana. Los comercios del centro también le dan a las calles una atmósfera agradable.

Un recuerdo: hay un extraño colorido en estas ciudades, tanto en las calles como en los guisos o en las fachadas. El viajero encontró cuál era la causa del destello rojo de la ciudad.

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