VALENCIA

Un paseo: si no queremos recurrir a un paseo descalzos por la playa, la mejor estampa de la ciudad se encuentra en el centro histórico, en el barrio de Ciutat Vella, una zona que se transforma por las noches pero que de día es un rincón bullicioso y fresco. Entrar en el Mercat Central es el regalo mejor de este barrio.
Un restaurante: el arroz es innegociable, aunque hay más opciones, desde luego. Para ir a los clásicos pero sin caer en ellos, el Bodegó de la Sarieta, en Juristes 4, lo tiene todo para quedarse. El blanco fresquito ya es un toque de lujuria contra la gula.
Una visita: dependiendo del tiempo que nos quede, podemos entrar en el Museu de Belles Arts, en particular en la Sala Sorolla. No hay más que decir.
Un recuerdo: la receta de la horchata. Si alguien da con la mezcla idónea y se la vende a una multinacional, estamos perdidos.

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