ÅLESUND

Un paseo: Enclavada en un paraje singular, la ciudad ofrece, además de su naturaleza incomparable, un casco urbano más que atractivo donde predomina el Art Nouveau en su variante nórdica, el Jugendstil, que se impuso tras la reconstrucción de principios del siglo pasado. Si el viajero se atreve con una subida de peldaños y curvas, la vista desde el mirador de Aksla es recomendable.
Un restaurante: Aunque cuenta con una razonable oferta hostelera, al viajero le encantará dejarse llevar por el impulso de disponer un mantelito sobre un merendero y allí degustar productos locales frente a un paisaje único.
Una visita: Obligado es el paso por una galería, el Jugendstil Senteret, decorado como una antigua botica en su recepción y con una colección de modernismo más que aceptable.
Un recuerdo: El viajero se va de ciudades así con la sensación de haber visitado tierras lejanas para las que no es necesario ningún lastre, así que se llevará de Ålesund una lección: no echar el ancla para evitar engancharnos demasiado a las cosas.

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