RIBADEO

UN PASEO: No se asuste el viajero si un día se encuentra la ciudad llena de estampas de otra época, pues la perla de la Mariña Lucense coquetea con su pasado indiano y se engalana aún más. El resto del año es una apacible localidad costera en la que gozar del vaivén del mar y de sus sorprendentes casas coloniales.
UN RESTAURANTE: Fiel a la divisa de Galicia calidade, toda esta zona sabe cómo agradar a quien con buen apetito viene, pero de entre todos destaca el restaurante A Cofradía, en Rinlo, un sitio en el que se entiende por qué hay que reservar con tiempo.
UNA VISITA: En coche o a pie por el camino natural Ruta del Cantábrico, es casi obligado pasarse por un rincón inexcusable que, aunque lleno de visitantes, no pierde su encanto. La Praia das Catedráis merece tanta fama.
UN RECUERDO: El viajero que, tras tanto andar, tiene un momento de reposo frente a la ría del Eo, nunca olvidará la sensación de darle un trago a su copa de vino hipnotizado por el ir y venir de la marea.

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