LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Un paseo: La afortunada metrópoli canaria tiene para todos los gustos, y así veraneantes de sol y playa podrán tostarse junto al mar, mientras que los viajeros más exigentes podrán además descubrir múltiples rincones interesantes, como el acogedor barrio de Vegueta, una joya para el caminante.
Un restaurante: Los paladares inquietos tienen aquí ocasión para añadir nuevos sabores a sus papilas, y no solamente con las sabrosas papas, sino especialmente con los peces del océano, como la vieja, el abae o la sama, trinidad litoral del restaurante La Marinera.
Un visita: Una sorpresa más para el viajero curioso fue el acuario Poema del Mar, pero lo que más le llamó la atención fue la diversidad de fachadas y patios, tan variados y coloristas, que abundan por la ciudad. Meterse en el Gabinete Literario es viajar a otro tiempo.
Un recuerdo: El viajero estepario que huye de los calores peninsulares nunca olvidará esa brisilla que le permite dormir sin desvelos ni pesadillas. Junto al mar, pero no dentro, se descansa, vaya que sí, como barquita mecida por las olas.

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