VARSOVIA

Un paseo: La semper invicta capital del voivodato de Mazovia es, pese a su tormentoso pasado, una ciudad inmejorable para el viajero pausado que disfruta de entornos antiguos y de modernas construcciones propias de las urbes en plena expansión. El casco viejo, en polaco Stare miasto, lleva a gala y con gran mérito su categoría de Ciudad Patrimonio de la Humanidad concedida por la UNESCO. Disfruten, que es una joya.
Un restaurante: El viajero -es bien sabido- disfruta de los humildes bocados de la cocina popular, y nunca mejor que en Barbakan para gozar de una de esas maravillas de la sencillez culinaria, los pierogi, empanadillas hervidas con aroma a casa de pueblo. Extraordinarios.
Una visita: Confundido a veces con la Giralda, este Palacio de la Cultura y la Ciencia (abreviado en PKiN) fue un regalo de don Josif al gobierno polaco de los años 50. Merece la pena admirar la arquitectura soviética y, cómo no, las inmejorables vistas desde lo alto. Muy alto.
Un recuerdo: Entre los incontables tesoros de la ciudad -y del país-, que no son pocos, el viajero no cambiaría ni por todo el ámbar del Báltico una cestilla de alhajas como estas.

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