OTSAGABIA
Un paseo: Parece como si el norte de Navarra estuviera hecho para viajeros sin prisa, porque todo permanece detenido y pausado. Por eso se recomienda pasear a lo largo del río, sin rumbo, para hacer hambre. Si somos más osados, pues hacia arriba nos toparemos con la singular Muskilda.
Un restaurante: Zona micológica por excelencia, no deja de ofrecer fuera de temporada platos para todos los gustos. El viajero, amante de la cuchara, se decantó por Kixkia, y allí comió tantas alubias como su médico le recetó, y así le fue de bien.
Una visita: La Selva de Irati es obligada, ya sea a pie, en bici o motorizado. Incluso en invierno, la experiencia vale la pena, así que a calzarse las botas.
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