KARLOVY VARY
Un paseo: El veraneante de otros tiempos, exclusivo, construyó ciudades que hoy nos parecen casi irreales. Artistas y aristócratas tomaban las aguas en estos decadentes balnearios de los Sudetes, que no dejan de tener su misterio.
Un restaurante: Fieles al habitual menú de sopa y estofado, los restaurantes locales tienen guiños a su pasado sanitario, como el Sanatorium Krivás, lustroso comedor con vistas.
Una visita: La ciudad ofrece rincones para descubrir su pasado termal y para comprender la geología centroeuropea, con sus chorros de agua a más de 60ºC.
Un recuerdo: El viajero echará en su maleta muchas imágenes lejanas, desde zares rusos a escritores alemanes. También recordará los vistosos deportivos y los hermosos coches de antaño. Todo parecerá estar en blanco y negro.
Comentarios
Publicar un comentario