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BÉRGAMO

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Un paseo: Las ciudades encaramadas son estupendas desde abajo. Aunque la parte de abajo de Bérgamo tiene lugares coquetos, hay subir a la Città Alta para impregnarse del carácter bergamasco. Para los menos andarines está el funicular. Una visita: las ciudades monumentales muestran mucho por fuera, pero el interior de las cosas es sorprendente. Empujen la puerta de esta iglesia y lo comprobarán. Un restaurante El jardín del Circolino es ese rincón que todos conocen con razón. Los miércoles al sol son inmejorables comiendo casoncelli. Un recuerdo: Cuando el viajero se alivia los pies y se queja, a veces olvida que el dolor habría podido ser peor.

BRESCIA

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Un paseo: Brescia es una ciudad para perderse y aparecer -a veces en el mismo sitio- con la boca abierta haciéndole fotos a casi todo. Una gran desconocida con todo lo que seduce al viajero, por eso es patrimonio de la UNESCO. Una visita: Cuando el viajero cree haberlo visto todo, se mete en una vieja catedral y descubre que el patrimonio universal es algo valioso. Un restaurante: En una de esas plazuelas que aparecen en el extremo de una plaza mayor, está el Mac delle Ure, uno de esos sitios modestos que seducen con los casoncelli. Pruébese. Un recuerdo: Cuando uno quiere darse cuenta, ha olvidado lo que tenía que recordar en esta ciudad y mira el reloj para darse cuenta se que lleva casi 20.000 pasos.

VIENA

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Un paseo : Una ciudad imperial se reconoce por su urbanismo, y Viena destaca por sus avenidas y edificios que el viajero, pese a sus preferencias más populares, reconoce. A lo largo del Danubio o por el centro, vale la pena dejarse llevar. Un restaurante : Nada más vienés que un escalope, ni más reparador para un paseante hambriento. Un modesto mantel como el de Lubella será más que digno para tal homenaje. Una visita : La ciudad tiene una extensa oferta cultural, desde lo más clásico hasta lo más vanguardista. El viajero, devoto de Beethoven, pasó por el museo Secession y quedó encantado. Un recuerdo : Viena dejará al viajero con una idea contradictoria sobre la convivencia entre los usuarios de la vía pública.

BUDAPEST

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Un paseo : Al viajero se le planteará el dilema de elegir entre Buda y Pest, pero pronto entenderá que es una polémica sin sentido. La ciudad entera tiene ese encanto de lo imperial y turístico, de lo danubiano y lo postsoviético, pero también ofrece un lado más popular y envejecido que la UNESCO ha premiado. Un restaurante : A base de caminar mucho, pronto entran ganas de comer una de esas sopas tan ricas, como la que sirven en Pipaetterem, un pintoresco mesón magiar. Una visita : Aunque lleno de visitantes, merece la pena entrar en el mercado central y descubrir qué comen los habitantes de la ciudad. A muchos les recordará cuando iban a la compra hace tiempo. Un recuerdo : Las ciudades con tranvías viejos tienen eso que las hace únicas, aunque luego sean bastante incómodos para pasajeros y otros usuarios de la vía pública. Pero así es.

BRATISLAVA

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Un paseo : Alrededor de plazas tan centroeuropeas se estructura la pequeña y coqueta ciudad, donde el viajero siempre encontrará esa pizca de autenticidad. Pequeña y elegante, Bratislava nos regala una hermosa caminata  Un restaurante : El viajero llegará a la conclusión de que la sopa es de obligado respeto, y en el mesón Bratislavská Kozlovna la ponen de guisantes y muy rica. Una visita : Hay torres y templos por toda la ciudad, y también unos callejones donde encontraremos sorpresas a todos color. Un recuerdo : Al regresar a casa, el viajero tendrá que plantearse la vuelta al trabajo, por eso tendrá siempre en mente a aquellos que destacan por su voluntad de servicio público.

KARLOVY VARY

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Un paseo : El veraneante de otros tiempos, exclusivo, construyó ciudades que hoy nos parecen casi irreales. Artistas y aristócratas tomaban las aguas en estos decadentes balnearios de los Sudetes, que no dejan de tener su misterio. Un restaurante : Fieles al habitual menú de sopa y estofado, los restaurantes locales tienen guiños a su pasado sanitario, como el Sanatorium Krivás, lustroso comedor con vistas. Una visita : La ciudad ofrece rincones para descubrir su pasado termal y para comprender la geología centroeuropea, con sus chorros de agua a más de 60ºC. Un recuerdo : El viajero echará en su maleta muchas imágenes lejanas, desde zares rusos a escritores alemanes. También recordará los vistosos deportivos y los hermosos coches de antaño. Todo parecerá estar en blanco y negro.

PRAGA

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Un paseo : La capital checa es el pastel y la guinda del turismo local, y eso mismo la acerca al abismo de la masificación. Pese a todo, qué gran placer es callejear por su histórico empedrado, toda una joya centroeuropea. Un restaurante : La sana costumbre de comer sopas de verduras ya es un buen motivo para entrar en un restaurante y dejarse llevar por el aroma a hinojo, puerro y setas. En Kolkovna Celnice fue así. Una visita : Cuando el gentío empiece a arrastrarnos, giremos por algún recodo hasta un mercadillo y pensemos en adquirir un recuerdo o una postal. Un recuerdo : Sea larga o corta la estancia, el viajero nunca olvidará los momentos de calma y regocijo ante una cerveza de aquí .